lunes, 11 de marzo de 2013

MARATON



Kilómetro 0 – Todo es fiesta. Calentás los músculos, lo hacés en forma mesurada, ves que algunos te observan, consultás una y otra vez el reloj, aún falta, las manos sudan, hay aire, hay fuerza, hay deseos. 
Hay algo inexplicable e inexpresable.
Kilómetro 2 – Cuando largaste apenas alzabas la vista, hay que ver donde poner los pies para no tropezarse, ahora vas haciendo tu espacio, paso a paso.
La gente saluda en las veredas.
Kilómetro 4 – Has llegado casi a la mitad del recorrido y te hidratás con sorbos pequeños, no podés beber y correr, otros sí, retomás el trote.
Vaciás sobre tu cabeza la botella de agua.
Kilómetro 6 - El sol cae vertical y lastima, la boca sabe a esencias del cuerpo.
Lo notás cuando la recorrés con la lengua.
Kilómetro 7 - Te han adelantado muchos, no has sobrepasado a casi nadie, no hay sorpresas en esto. Tienes que convencerte que el ritmo que has elegido es el que te conviene. 
Lo estás.
Kilómetro 8 – La gente grita y ríe y vos también, aunque no se note, lo hacés con el pecho inflándose orgulloso de estar ahí y de haber llegado hasta aquí, te sentís vivo, real. 
El aire comienza a faltar.
Kilómetro 9 – A mil metros un dolor agudo envuelve la planta de tu pie izquierdo, recorre tu pierna y hace que pierdas la sensación de tu cintura.
Seguís corriendo.
Kilómetro 10 – Mirás con anhelo buscando la meta, no la ves, todavía no, una rodilla choca con la otra, los gritos y la música te devuelven fuera de ti y allá está, increíble, definida, y cierta, todo es fiesta.
Has llegado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

una síntesis muy logrda. Carla