viernes, 2 de marzo de 2012

ONCE, doce, trece… cincuenta, LUCAS





Me acerco con el caminar ansioso que desarrollamos todos los que llevamos años viajando en el tren, porque sentimos que caminar de forma normal puede significar algo terrible. Por ejemplo, perder un tren.
Saco una foto al folleto que han pegado en el ingreso de uno de los vagones.
“LO BUSCAMOS”, y un muchacho me sonríe desde el afiche, y no puedo dejar de mirarlo. En ese momento, veo a una, a dos, a tres, a cuatro personas cuento en un instante, todos reparten copias del afiche. Tienen apuro, hay angustia. Han transcurrido dos días desde el accidente.
Pido uno de los afiches. La chica es muy joven, lleva el pelo recogido en una coleta como la usan ahora y mientras me lo da sonríe.


-Gracias, escucho y no atino a darle ninguna respuesta a la urgencia de su forma de mirarme.
Ambos ahora estamos viendo hacia la plataforma dos, la mediasombra no logra ocultar la impresión que resulta al ver un vagón de tren "arrugado" e incrustado en otro vagón. La del accidente del veintidós de febrero pasado, esa desgracia que va a acompañarnos cada día que subamos a un tren, cada día que escuchemos las sirenas de los trenes o las chicharras de los pasos a nivel, va a acompañarnos cada vez que le demos un beso a un hijo o despidamos a un amigo, cada vez que digamos “chau nos vemos” o simplemente “suerte” con el pulgar hacia arriba.
Lucas aún está en Once pero nadie lo sabe, lo buscan en su ciudad y en los alrededores, a lo largo de los andenes, entre los vendedores ambulantes y los puestos de comidas. Los hierros retorcidos de la formación fatídica guardan secretos por develar, serán motivo de recriminaciones, de gritos, y finalmente de llantos. De más llantos.


Lucas aún no aparece y hay esperanza. Todavía los afiches se siguen repartiendo y su hermana, tiene que ser su hermana me digo mientras extiendo el brazo, y me vuelve a sonreír con melancolía, me pregunta:
-¿Lo viste?


"No murió por viajar donde viajó… sino por defectos evitables"
Lara Menghini Rey

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Triste, cierto, fuerte, para no olvidar.

Alejandra

Anónimo dijo...

hay veces que la realidad está ahí nomás cuando extendés el brazo, cuando te miran.
Gracias Daniel
Gra

Anónimo dijo...

para que no olvidemos lo efìmera que puede ser la vida... y esa sonrisa...

penosamente bello el relato Daniel
Inés

Anónimo dijo...

viajar en tren en Argentina no dejar de ser una aventura, una audacia.
Carlos

DANIEL FUSTER dijo...

Gracias gente por comentar, he quedado muy movilizado y conmovido desde que aquella chica me dio aquel folleto, cuando aún a Lucas se lo seguía buscando porque había esperanza.