sábado, 7 de noviembre de 2009

En la gran calma de estas tardes hay un reloj: el mar
Justine, Lawrence Durrell


Cómo transcurrirán acaso sus horas, cómo,
se levantará quizás como siempre,
cómo recompondrá su ayer, cómo,
cómo detendrá su pensamiento, cómo
se recogerá talvez cual pequeña,
atraerá hacia sí sus blancas rodillas,
cómo abrazará su almohada, cómo

cómo transcurrirán acaso sus horas, cómo.