Por Daniel FUSTER
Alejandra LAURENCICH
habló de sus primeros contactos con la
lectura, de esa nena frente a las
letras de un libro y de su impotencia
por no poder comprenderlas, recordó a su hermano Sergio quién de alguna
manera la introdujo en la literatura, primero leyéndole aupada y luego
guiándola por las lecturas, el haber descubierto a Joyce en edad muy temprana,
y mencionó la década de los talleres con Liliana Heker.
Cuando Alejandra habla hay
naturalidad en lo que dice, hay franqueza y es clara. Tengo oficio responde
cuando se le pregunta cómo hace para escribir. Algunos son genios, yo necesito
del trabajo para lograr la escritura. Sus conceptos son contundentes y no
admiten equívocos al momento de interpretarlos. Hay que alejarse de las
emociones para poder escribir, hay que dejar decantar, hay que tomar distancia.
“Hay cosas que en la vida real significan
mucho, y en la vida literaria si no están debidamente expresadas, pueden significar
nada”, concluye sobre la verosimilitud de un relato.
Dicen que mis cuentos tienen
humor, nos comenta como si ella no estuviera de acuerdo antes de comenzar a
leer “Suerte o desgracia”, que forma
parte de su último libro, Lo que dicen cuando callan.
Cuando termina la primera página del cuento no podemos dejar de reírnos,
mientras ella continúa impertérrita con la lectura. El final del cuento, una dura ironía de tanta risa.
La literatura siempre nos
sorprende, Alejandra Laurencich, también.
Anoche, 23 de mayo, en Moreno
590, 1º piso - Asociación de Ex-alumnos del Colegio Nacional Bs. As, un espacio
de lectura y análisis de textos que dirige María José Eyras.
Contamos además con la presencia de Irene Chikiar
Bauer (autora de La vida por escrito de Virginia Woolf)