sábado, 22 de octubre de 2011

A MI ME GUSTA BAILAR



…y saltar y transpirarme hasta que se me pegue la ropa al cuerpo y el calor dentro de los pantalones me resulte intolerable. Me gusta bailar y zarandearme cuando lo hago, pero también me gustan los boleros y esa música extranjera de la que no entiendo ni jota, pero que no me hace falta comprenderla porque mi cuerpo sí que la entiende y se pone contento y respira, aún en esos lugares donde al aire se lo suele tropezar por viciado. Me gusta bailar, y sentir esa densidad de lujuria que los cuerpos despiden, y lanzarme a caminar a tientas adivinando las mesas y las caras que te van mirando como envidiándote la estampa mientras levantás la vista a un horizonte inexistente y lejano, y la bruma de colores y de licores se mezcla con tus sentidos y con las luces centelleantes y así, poder casi palpar la libido surgiendo de los perfumes baratos amalgamados con el sudor de la espera, ese aroma de alambique, a mí me gusta bailar entre esas conversaciones que nos sofocan la atmósfera y aturden como si te golpeara un martillo, y el adoquín de la cabeza se te va rompiendo, y los preconceptos se condenan al olvido. Me gusta bailar porque el olfato y el tacto te alcanzan como una presencia humana, y dejan de ser simples sentidos para opinar y decidir y embriagarte como el mejor whisky importado, y las cosas que te rodean dejan la aspereza del día y sos audaz en busca de la penumbra yaciente detrás de las pestañas y el maquillaje de las otras mesas, escrutándolas, buscando esa reacción mínima que significa que encontraste a quién le gusta bailar como a vos, así, con el ruido de las tripas, y mucha hambre.