LA AMIGA ESTUPENDA, Elena Ferrante
Pengüin Random House,
388 páginas
novela
Tengo que reconocer que cuando leí
la publicación que daba cuenta de este libro, ni el título: “La amiga
estupenda”, ni el diseño de la portada me gustaron. Tampoco me había gustado ese
halo a best-seller que se desprendía de la cantidad de ventas. Sin embargo de
la nota, surgía el misterio creado alrededor del autor, desconocido, se dudaba
que fuera una mujer, y solo daba entrevistas a través de un intercambio escrito
con los editores. Sentí curiosidad.
“Vivíamos en un mundo en el que,
con frecuencia, niños y adultos sufrían heridas que sangraban, luego venía la
supuración y a veces se morían. Una de las hijas de la señora Assunta, la verdulera,
se hirió con un clavo y murió de tétanos. El hijo menor de la señora Spagnuolo
se murió de crup”.
UNA SORPRESA ESTUPENDA, así
calificaría yo a esta novela (primera de la tetralogía Dos Amigas) que narra la
relación entre dos chicas que van creciendo juntas en un barrio de gente
humilde en la ciudad de Nápoles. Cronológicamente ubicada en los años de la
posguerra, Lenú y Lila cuentan alrededor de 7 años. No conocen la ciudad más
allá de las calles del barrio, nunca han ido al mar. En un ambiente social en
el que el dinero no alcanza, donde vivir conlleva un esfuerzo, donde no parece
haber futuro, y la hostilidad de la vida es manifiesta, una relación entrañable
tiene su origen. ¿Estudiar?
“Lila apareció en mi vida en
primer curso de primaria y enseguida me impresionó porque era muy mala. Todas
éramos un poco malas en clase, aunque solo cuando la maestra Oliviero no nos
veía. Pero ella era mala siempre.”
A lo largo de la novela los hijos
como los padres crean vínculos, afectos y rencores, lo único válido es
trabajar, qué puede significar en ese mundo la lectura de un libro, pero para
la hija del zapatero (Lila) y la hija del conserje (Lenú), los libros, el latín
y el griego, el italiano y no los dialectos, las cartas y las conversaciones,
trazarán un vínculo de amistad, donde una de ellas, Lenú (la voz narrativa)
envidiará en Lila, esa forma de ser.
“En una de esas ocasiones levanté
la vista un momento y vi a una muchacha alta, delgada, elegante, con un
hermosísimo dos piezas rojo. Era Lila. Acostumbrada a atraer las miradas de los
hombres, se movía como si en aquel lugar atestado no hubiese nadie. No me vio y
yo dudé si debía llamarla.” Cuenta Lenú cuando ya han pasado varios años, y son
adolescentes de 15 años.
Lila está siempre un paso delante
de Lenú, en las lecturas, en los aprendizajes, en las relaciones humanas. Lenú
por momentos la rechazará y se sentirá rechazada, y sin embargo el vínculo entre
ellas no se romperá. Vivirán hechos duros y crueles, y habrá otros algo
felices. Crecerán y a medida que esto ocurra, descubrirán cada una a su manera,
lo que significa ser mujer, en una época y lugar donde los hombres tienen la
autoridad que les da únicamente el haber nacido hombres, y los desafiarán con
valentía.
“Yo creo que los libros, una vez
que ya fueron escritos, no tienen ninguna necesidad de los autores. Si tienen
algo para decir, los lectores lo encontrarán tarde o temprano y sino, no”. Elena
Ferrante.
Basta con haber leído esta novela para estar de acuerdo.
imagen del libro en su edición en Italia
origen supuesto de Elena Ferrante