sábado, 7 de julio de 2012

GEORGE SALGADO

Cuando vienen Cristi y mi amigo, jugamos a los superhéroes, mi amigo se disfraza de Linterna Verde, el Cristi del hombre invisible a mí me parece que no es un superhéroe, pero a él le gusta-, y yo de George Salgado, que vendría a ser como Batman pero en la ciudad de Ituzaingó. George Salgado salva de la tala a los árboles y recupera los pichones de zorzales que se caen de los nidos por el viento o por los gatos. George es muy muy alto, no usa capa ni lentes, tampoco un gorro especial y lleva zapatillas Topper negras. Mamá lo conoce porque también va al súper y a la verdulería de la esquina. Adónde vive George Salgado es un misterio. Una vez que andábamos con el Cristi por la placita que está a dos cuadras de casa, al Cristi le pareció verlo salir de una de las casas de una vecina, pero cuando me avisó ya el supuesto George Salgado había dado vuelta a la esquina, corrimos, pero solo pudimos ver a un señor alto pero no tan alto como George Salgado caminar despacio y distraído. Concluimos que ese no podía ser George Salgado, caminaba demasiado parecido al papá de Cristi. Además Cristián me dijo que su papá tenía una campera marrón como ese hombre. Después me dijo que su papá tenía un pantalón negro como ese hombre. Luego agregó que la espalda que habíamos visto se parecía a la de su papá. No, dijo el Cristi, ese señor no podía ser George Salgado de ninguna manera porque se parecía mucho a su papá. ¿Y si era tu papá?, se me ocurrió de pronto. No que va a ser mi pa, me dijo sin pensarlo ni un poquito el Cristi. Hoy es martes, papá trabaja lejos, no vuelve hasta la noche. Pensamos que ese día tampoco íbamos a resolver el misterio de donde vivía George Salgado. Nos olvidamos de George y su misterio por un rato jugando en la plaza, después fuimos a tomar la leche a lo del Cristi porque su casa quedaba más cerca que la mía y teníamos hambre. Nos abrió la puerta el papá de Cristián. Llevaba la campera puesta. Era como la del señor que nos pareció podía ser George Salgado. Hola nos dijo. Ninguno de los dos dijo nada pero ambos le miramos los pantalones. Eran como los del supuesto George Salgado. ¿Qué pasa?, preguntó el papá del Cristi. Nada, hola papá, dijo el Cristi. Hola, dije yo. Pasen dijo y se dirigió a la cocina, lo miramos irse. Luego nos miramos con el Cristi. Él no supo que decir, yo tampoco. Se nos fueron las ganas de tomar la leche. Estaba claro que George Salgado seguiría siendo un misterio para nosotros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que forma de decir ciertas cosas... qué forma. Lindo cuento Daniel, Mirta

Anónimo dijo...

un relato muy tierno, me gusta Daniel
Sil

Anónimo dijo...

excelente relato, breve ¿infantil? No! Alberto