martes, 20 de octubre de 2015

BARRERA

La barrera sesgada permite a los coches pasar. Al ruido de la chicharra que avisa el inminente paso del tren, se suman los bocinazos acostumbrados. Un Renault 12 color gris está detenido y a punto de cruzar. La mujer sentada al lado del conductor, parece decirle al marido que ni se le ocurra pasar. Ricardo camina al lado de la fila de vehículos. El hombre ignora a la mujer, adelanta la cabeza, y mira hacia ambos lados. A la derecha puede ver bastante bien, eso piensa Ricardo que ha llegado al lado del coche e imita al conductor. Pero a la izquierda, la vía hace una curva que se cierra bruscamente y la visión se interrumpe en las casas construidas junto a los terrenos del ferrocarril. La mujer se enoja. Ricardo la ve gesticular cuando el tipo adelanta otro poco el coche. Los bocinazos y la chicharra enloquecen, y hay tanto ruido que, de alguna forma ya no importa. 
Hay algo de incomprensible y extraño en el Renault 12 avanzando y a punto de cruzar las vías, y los demás coches acelerando los motores. Ricardo vuelve a mirar la larga fila de ruidos que late en el paso a nivel. Es en ese momento que el tren pasa.

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