2 de Abril
del año 2008, en el diario La Capital de Rosario salía esta nota: “Una carta
que llegó 25 años después”, y surgía también el germen de las CRÓNICAS.
Seis años
después y luego de mucho andar, de emociones encontradas y esfuerzo, serían
editadas en Diciembre del 2014 por La Letra EME.
La realidad y la ficción en la página
11 del libro, dejan de diferenciarse.
<< Cristina eligió una caja y la
llenó de chocolates. Además colocó unos
guantes y un echarpe que había comprado hacía unos días.
Luego escribió la carta.
La voz del
hombre que surgía de la radio la embargó.
Adónde
alcanzar la caja, pensaba Cristina, mientras escribía.
Salió a la
calle. La agitación del barrio parecía surgir
como la misma
luz del día.
El conflicto
con los ingleses se había instalado en la ciudad.
Por suerte –pensaba
Cristina– mis hijos son chicos y con tristeza miró
hacia la casa de enfrente.
Caminó hasta
la esquina con un extraño presentimiento.
En la avenida
el tránsito avanzaba muy despacio. Las banderas y las manos se
agitaban.
Pensó en las
hojas de otoño a punto de caer.
Una formación
de camiones del ejército y varios colectivos de larga distancia
circulaban a paso de hombre.
Los soldados
se asomaban por las ventanillas. Son más jóvenes de lo
que pensé, se dijo Cristina. Avanzaba.
Las manos, los
brazos, y las caras de los soldados recibían cosas.
Caricias. Recibían afecto sin comprender. Qué importaba.
Volvió casi
corriendo y recogió la caja que entregó a uno de los
camiones.
Pensó que la
mejor recompensa por ese acto era justamente eso, haberlo
hecho.
“Tengo tres
hijos varones de nueve, siete y cuatro años, pero me
imagino y me pongo en el lugar de las madres que, de este lado
del océano, tienen la incertidumbre de la espera. Por eso, en
nombre de todas, les hago llegar este sentimiento. Suerte y fe.
Una madre santafesina”.
Que llegue,
anheló la mujer. Que llegue, pensó y volvió a su casa. La
esquela en un sobre, y en medio de los demás objetos: comida, chocolates y algún
abrigo, llegó. >>
No hay comentarios:
Publicar un comentario