martes, 20 de mayo de 2014

CORTAZAR por CORTAZAR, primeros años


Pasé la infancia en una bruma de duendes, de elfos, con un sentido del espacio y del tiempo diferente al de los demás. Fui un niño enfermizo y pasé mucho tiempo en cama, dedicado a los libros. Mi madre dice que empecé a escribir a los ocho años una novela que guarda celosamente a pesar de mis desesperadas tentativas por quemarla. En cierta ocasión un pariente descubrió mis poemas y se los dio a ella diciéndole que evidentemente esos poemas no eran míos y que los copiaba de alguna antología. Estaba tan dedicado a la lectura que algún médico llegó a recomendarle que leyera menos. 

Debíamos tener doce años y la novela que le presté a un compañero de clase era una que acababa de leer y me había dejado absolutamente fascinado; una de las novelas menos conocidas de Julio Verne, “El secreto de Wilhelm Storitz”, en la que Verne planteó por primera vez el tema del hombre invisible luego recogido por H.G.Wells […] me la devolvió diciendo: “No la puedo leer. Es demasiado fantástica.”, me acuerdo como si me estuviera diciendo eso en este momento. Allí me di cuenta de lo que me sucedía: desde muy niño lo fantástico no era para mí lo que la gente considera fantástico; para mí era una forma de la realidad que en determinadas circunstancias se podía manifestar, a mí o a otros, a través de un libro o un suceso, pero no era un escándalo dentro de una realidad establecida. 
Julio Cortázar, Clases de literatura. Berkeley, 1980 (Alfaguara)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que interesante Daniel, hay mucha ganas de comenzar en junio! Mirta

Anónimo dijo...

excelente recuerdo Daniel, Marta desde Chivilcoy