Por Daniel Fuster
Lo primero que se siente cuando uno
ve a Martín de cerca es la energía que despiden sus ojos, luego cuando comience
a hablar va a ser difícil detenerlo, pero lo que dirá no tendrá desperdicio.
Martín (ex alumno del Colegio
Nacional Buenos Aires) debe haber sido inquieto y desobediente, el afán de
María José (Eyras) de intentar poner cierto orden durante el desarrollo de la
charla es una batalla perdida, porque Martín tiene tanto para decir –y lo dice
-, que el mundo a su alrededor (nosotros) y las consecuencias que esto puede
traer no importan.
No comienzo a escribir hasta que la
novela no se ha consolidado en mi mente, pero cuando lo hago comienzo a
despejar de mi entorno los compromisos, la familia, los amigos, las amantes y
no me detengo. Dice que escribe todo a mano por el placer físico que le
produce. No hay como tachar y ver lo tachado, esa corrección es muy diferente
de una corrección en la computadora. No
puedo escribir en casa, necesito de los bares y de los cafés. Tips de un Kohan que
nunca se detiene.
¿Este tipo respira?
Sentado cerca de mí hay una persona plena
de entusiasmo por lo que hace, un cuaderno Gloria o quizás sea Rivadavia, al
que casi no le quedan hojas en blanco lo acompaña, viste una remera celeste
deportiva y es fanático de Boca Juniors.
Cuando comienzo a escribir, lo hago con la sensación de estar en
terapia intensiva, nos dice. Martín habla, habla, y habla.
Para mí la literatura es CONCIENCIA
DE FORMA, y vuelve posible lo que es imposible.
Martín Kohan Premio Herralde 2007, por su novela Ciencias Morales.
Espacio
de lectura y análisis de textos que dirige María José Eyras
10 de Octubre 2013, en Moreno 590 – Asociación Ex alumnos CNBA- CABA
1 comentario:
conozco la forma en que se expresa Martín, excelente reseña. Sil
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