domingo, 24 de octubre de 2010

BUENOS AIRES

Aunque huelas y me apreses
en tus trenes tambaleantes
aunque hiedes y eres húmedo
y el cemento te domina
aunque la gente abrumada
muestre los dientes te muerda
aunque los coches sus gases
contaminen nuestras charlas
aunque seas buenosaires
y no estés ahora aquí
y apenas haga unas horas
miraba el cielo y los pinos
aunque Rivadavia bulla
y el asfalto iridiscente
yo te quiero buenosaires
porque tienes un Oeste
que ostenta un muro rojo
que en estos momentos veo
detenido en el andén
qué de recuerdos me alcanzan
no son de playas ni barcos
no de Neruda poeta
pero tienen ese encanto
que anda tendido en poesía
que anda asolando mis días
que anda inundando de agua
la mirada que destino
al caminar por tus calles
atrevido y aún sin tino
desprendido sin más cintos
sin la costumbre del peine
del mocasín o zapatos
resistiendo anhelando
el salado de tu boca
aquella luego de aquel
sumergirnos emergiendo
de tantos momentos idos
de tantos haber soñado
de tantos haber llorado
de tantos haber amado
y además de haber reído

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